Wednesday, December 9, 2009

Lo que nos hunde

Porque a veces salimos a flote. Nos vamos sintiendo un poco viejos y nos agotamos cada vez con más facilidad. Dejamos poco a poco de amar al tiempo que dejamos de desear.

 

Pero cuando contemplamos con la claridad de un día despejado, en todas partes, el constante alarde de triunfo de la estupidez, nos quedamos sin ganas de decir qué era lo que nos mantenía sin bajar los brazos, y bajamos los brazos embargados por la pena.

Parece que es condición de la naturaleza el que nuestros pensamientos más brillantes, que tanto nos ha costado descubrir, sean abrumados por el viento huracanado de todas las direcciones de esta cosa ridícula que nos toca siempre vivir. Cedemos en esto, cedemos en lo otro, transamos y transamos porque quizás algún día llegue a ocupar la luz el hueco que le hemos hecho, y va y llega, y  el estruendo de todos los cuervos y las ratas y las cucarachas y la mierda impide que se escuche el fino silbido de nuestro halcón peregrino que bendijo con su belleza nuestro jardín, nuestra casa. 

Ocupan nuestro jardín delicado las chusmas porquerizas del engaño. Qué hermoso es, un camino rojo entre los campos de espigas los surcos blancos de los pinos torcidos  el cielo brillante el aire que oscila.  En la miseria absoluta tomando el sol confiado en la bondad universal, acariciando la cola de un conejo. Y llegan los turcos a matar, llega el diablo a fumigar con el despiste y el olvido y la invisible destrucción que necesita la demagogia.

Y un minuto antes de cuando íbamos a salir con la flauta en los labios y la sonrisa en el alma, seguros en nuestros cuerpos, asentadas las barbas, nos llegan los alaridos de la bestia que todo lo destruye, gritándonos desde todos los balcones su infinito grito de dolor, que nos asusta, nos retrae de escribir cosas en el blog, cartas a mano a los amigos y novelas proustianas.


1 Comments:

Blogger Emmaskarada said...

Pero de escribir no puedes sustraerte, porque no se trata de ningun exhibicionismo, sino de hablar de los caminos entre los pinares, de la transmutacion de las cigarras y una dicha diminuta que, a veces, aviva los ojos como ascuas y espanta, por un segundo, el horror del mundo. Puedes ponerlo todo en el blog. Es importante. Por favor.

January 8, 2010 at 10:35 AM  

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