Monday, June 29, 2009




Aparecieron el otro día en las playas, son del tamaño de un preservativo, y eso parecían, preservativos flotantes en la superficie del mar, pero es una medusa, conocida como Velella Velella, o medusa velera. Tiene ese cartílago que hace de vela, y la mueve el viento. Parece ser que no se sabe muy bien cómo se reproduce ni de dónde sale, pero de pronto el mar se llena de ellas y van a parar a las costas y a las playas, que es a donde el viento al final lo lleva todo.
Aparecisteis en el mundo de los hombres
Sin saber de sus sombras y sus dudas
Como un látex ciliado
Reticulado, transparente y evidente
Aguasvivas, mar encarnado, sol de planetas más azules, inocentes e iridiscentes
La playa temía al banco de medusas urticantes, las madres prohibían a sus niñas bañarse en el mar espinoso
Pero llegaba el lado gracioso de la naturaleza salvaje, el lado suave y cartilaginoso

La cala el mar abrazaba y el mar
suspiros de amor le enviaba
Florecillas de ausencia
Ortigilllas que eran hierbabuena

Por otra parte se anunciaba, casi simultaneamente, la presencia terrible de una armada enorme de caravelas portuguesas en aguas del estrecho, quizás encaminadas al mediterráneo.

Ya llegaban las huestes de Enrique el Navegante, para alejar del Mediterráneo a los extranjeros y atraerlos al Algarve.

Curiosamente, la Caravela portuguesa (Physalia Phisalis), tiene mucha relación con la medusita velera, y son de los pocos seres que se pasan la vida en la superficie del mar.
De modo que con lo grande que es hacia abajo, los hay que prefieren la mayor superficialidad

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